Enamoramiento y dependencia emocional

El enamoramiento se centra en las necesidades del enamorado antes que en las del otro. Esta es una idea y comportamiento que se repite a la hora de establecerse o de mantenerse en una pareja. ¿Por qué no (me) encuentro (en la) pareja? Contemplando las dificultades de encuentro, las chicas, desde la adolescencia hasta la adultez pasan de una relación a otra, desilusionadas. Parece que están abocadas a convertirse en solteronas. Los chicos acaban formando múltiples parejas o se convierten en esclavos sin esperanza del encuentro en la relación deseada. Como resultado se forman relaciones de dependencia emocional en vez de contemplar estar en pareja desde una forma más modesta y objetiva.

En las nuevas generaciones se aprecia una falta de espontaneidad y capacidad de sentirse a sí mismo al iniciar una historia sincera. Lo que normalmente empieza con el deseo de cuidar al otro termina en luchas de poder sobre quién decide. Tal vez resulte en la desesperación de ambos por no ser capaz de contactar con el otro.

No (me) encuentro (en la) pareja: el miedo al encuentro

Las parejas se mueven en su interacción entre el deseo de contactar y el miedo a no ser comprendidos. Por lo que quedan expuestos a la humillación de ser valorados negativamente como inadecuados para la otra persona. También el miedo de que el otro no esté donde querríamos encontrarlo. Nos duele ser descubiertos ante el otro, poder pensar que le mueven intenciones negativas como las vividas en situaciones y relaciones pasadas. Estos sentimientos llenan el vacío en el que nos lanzamos cuando nos comprometemos en un contacto significativo. Un encuentro en el que hemos puesto la ilusión de construir una intimidad.

A veces no (me) encuentro (en la) pareja; no conseguimos avanzar porque es más seguro permanecer en terreno conocido. No pedimos disculpas o sonreímos, sabiendo que esa sería la solución al enfrentamiento. Ya sea reconociendo las motivaciones del otro y sabiendo que no son debidas a falta de comprensión o desinterés en nuestros límites. La solución no es el sacrificio de los deseos propios en favor del vivir social en la familia, sino en apropiarse de la espontaneidad del vivir con el otro.

Crear una nueva relación

Se trataría de estar en pareja para crear una nueva relación, no para curar nuestras antiguas heridas. En consecuencia aceptar lo que hay de nuevo e inesperado en el otro.

En Psicología Relacionarte trabajamos con las parejas para que puedan sentirse vivas y creativas en su relación, que puedan «jugar». Para empezar se pueden abrir momentos de conflicto. Surgen al atravesar el dolor de las heridas provocadas por el otro y no sentirse acogido por él. Finalmente tratamos de llegar a la intimidad, al encuentro y a expresarse, sin aplacar el conflicto antes de tiempo.

Las historias de cada pareja, podrían reconstruir nuestras relaciones importantes anteriores. Porque en ellas experimentamos una capacidad nueva de contactar con el otro con plena conciencia. Por consiguiente viéndolo más allá del rechazo y pudiendo realizar el deseo de alcanzarlo. Finalmente sería posible permanecer en pareja sin renunciar a la propia espontaneidad, gozando de las ventajas de no estar solos. Un encuentro permanente.